La defensa del Expresidente y Senador Uribe, ha
planteado que se le han violado según su
dicho, seis garantías constitucionales a saber: 1) La presunción de inocencia,
2) el derecho a la investigación integral y objetiva, 3) Derecho a la exclusión
ilícita e ilegal, 4) Derecho a interrogar testigos de cargo, 5) Inviolabilidad
comunicación abogado cliente y 6) Derecho a la imparcialidad; y que por tanto, “
Ante esta incuestionable realidad, no tiene ningún sentido presentar un recurso
de reposición que debe ser resuelto por la misma Sala. NO hay que ser ingenuos,
dicho recurso no constituye un remedio judicial efectivo a esta injusticia y, simplemente,
facilitaría su legitimación”}
La referencia a que el recurso de reposición no
constituye un remedio judicial efectivo, desde la cocina muestran la posibilidad
de que el Expresidente y Senador recurra al Sistema Interamericano de DDHH;
frente a esta apreciación, los entendidos señalan que:
- Posiblemente solo se
pretende dar celeridad a la investigación
- La no presentación del recurso
contraviene la regla de agotamiento de recursos prevista en el artículo
46.1.a de la Convención Americana, que establece que deben activarse
primero los recursos normalmente disponibles e idóneos en el ordenamiento
jurídico interno.
- Que Uribe morirá engañado
como Cristobal Colón; porque:1) No existen
los fundamentos para que intervenga la CIDH dado el papel de respeto al
debido proceso de la Corte Suprema de Justicia, 2) El recurso es
precisamente para corregir los yerros o violaciones que dicen haber sido
cometidas, 3) No hay manera de que
el jefe político del partido de gobierno de turno alegue indefensión ante
la Ley, 4) Se demorará décadas tratando de probar los criterios de
competencia, y corriendo con la carga de probar que se cumplan las
excepciones a la regla del agotamiento del los recursos internos.
En dado caso, sea por una u otra razón; ciertamente
la decisión pone la pelota en el terreno de la Corte Suprema de Justicia, quien
debe no solo mediáticamente defender su decisión y si la misma respeta el
debido proceso del Senador, sino también ahora demostrar si el recurso de reposición
constituye un remedio eficaz y suficiente a la situación jurídica supuestamente
infringida.
Y en este punto, los puristas dirán que estamos en
un Estado Social de Derecho, y que frente a eso no puede tener cabida maniobras
que pretendan imponer la opinión sobre la razón; pero precisamente lo que está
haciendo o parece pretender hacer, la
defensa del Senador Uribe,,es ampliar el campo de batalla donde los expertos en
jugar son los enemigos políticos del Expresidente. Con narrativas montadas de
lado y lado; lo que menos importa ahora es la verdad, el debido proceso, o las
reglas de argumentación jurídica.
Amanecerá y veremos entonces
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