El 16 de
noviembre de 1998, el presidente de la República Andrés Pastrana Arango,
declaró el Estado de Emergencia Económica y Social en todo el territorio nacional
mediante el decreto 2330 de 1998; señalando en los considerandos, que el
deterioro de la situación de los establecimientos de crédito amenazaba con
perturbar el orden económico y social, y ello hacía necesario declarar el
estado de emergencia económica y social en todo el territorio nacional.
En virtud
de la declaratoria del estado de emergencia económica y social decretada, se expidió el Decreto 2331 de 1998
dentro del cual se establecieron las
medidas para resolver la situación de
emergencia de todo el sistema financiero; siendo una de ellas, el
establecimiento temporal de una
contribución sobre las transacciones financieras como un tributo a cargo de los
usuarios del sistema financiero y de las entidades que lo conforma, destinado a
preservar la estabilidad y solvencia del sistema financiero ( artículo 29), en
tarifa del dos por mil y causada sobre el valor total de la operación (
artículo 30).
En la sentencia
C-122 de 1999, la Corte Constitucional considera exequible parcialmente la
declaratoria de emergencia económica, adicionalmente extendió el tributo a
todas las operaciones interbancarias, eliminó la tarifa preferencial y ordenó
que los recursos recaudados solo podrían ser destinados al apoyo de la banca
pública, los usuarios de créditos hipotecarios y los ahorradores del sistema
operativo, excluyendo así del beneficio a la banca privada; a pesar de que
muchos sectores señalaron que, las declaratorias de emergencia son un cheque en
blanco y que existían mecanismos para intervenir la economía sin declarar la emergencia económica.
Posteriormente la
contribución sobre las transacciones financiera evoluciono así:
1.
Mediante la Ley 508 de 1999, se
estableció que el recaudo obtenido por el cobro seria asignado a la
financiación de gastos ocasionados por la emergencia del eje cafetero.
2.
Mediante la Ley 663 de 2000 se creó
un nuevo impuesto, a partir del primero (1º) de enero del año 2001, conocido
como Gravamen a los Movimientos Financieros, a cargo de los usuarios del
sistema financiero y de las entidades que lo conforman. ( En esta ley se
aumenta la tarifa del gravamen a 3 por 1000). En lo que respecta a la
disposición de los recursos generados del nuevo impuesto, el art. 2 de la Ley
633 de 2000 indicó que, tanto el recaudo como los rendimientos del GMF, serán
depositados en una cuenta especial de la Dirección del Tesoro Nacional hasta
ser apropiados en el Presupuesto General de la Nación en las vigencias fiscales
correspondientes a su recaudo y en las subsiguientes y que el Gobierno
propondrá al Congreso de la República la incorporación de estos ingresos en la
medida en que las necesidades locales lo requieran y hasta agotar su producido.
3.
Mediante la Ley 863 de 2003 (“Por
la cual se establecen normas tributarias, aduaneras, fiscales y de control para
estimular el crecimiento económico y el saneamiento de las finanzas públicas),
se establece una nueva tarifa para el GMF del cuatro por mil (4x1000)”
4.
Mediante la Ley 1111 de 2006; la tarifa del 4x1000 pasa de ser transitoria
a ser fijada de manera permanente.
En la actualidad, se han presentado varias
iniciativas legislativas para el desmonte del GMF, así como promesas del
gobierno sobre su desmonte gradual a partir de 2022 (Pero se ven muy lejos el
cumplimiento de esas promesas, y menos cuando el recaudo del GMF aporta 8 Billones de pesos)
A pesar de lo que muchos piensan, desde el
2010 las entidades del sistema financiero vienen pidiendo el desmonte del GMF ( porque dicen que estimula el uso del efectivo, lo cual
afecta a los depósitos bancarios); así que parece, que a todo el mundo le cae
gordo el GMF. Sin embargo los expertos;
han señalado que mejor que el desmonte, es reducir la tarifa y eliminar las exenciones,
para así tener un impuesto más simple, más efectivo y más equitativo al
extender la base gravable a transacciones que hoy no tributan.
Mientras tanto, en Champetesburgo se recuerda que el 16 de noviembre el “4 x 1000" cumple 23 años.
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