En el Informe Mundial de Protección Social 2017-2019; la OIT señala
la importancia de la protección social para alcanzar los Objetivos de
Desarrollo Sostenible; manifestando que los Estados miembros “deben extender gradualmente la cobertura y establecer sus sistemas de protección social sobre la base de normas
acordadas internacionalmente y buenas prácticas en materia de seguridad social”,
y la importancia de implementar las recomendaciones, especialmente las de establecer sistemas de seguridad
social y pisos de protección social. Dichas recomendaciones cobran gran
importancia, máxime cuando faltando 9 años para el año 2030, el 71% de la
población mundial carece de acceso a un
sistema integral de seguridad social.
La OIT
define los PISOS DE PROTECCIÓN SOCIAL, como los conjuntos de garantías
básicas de seguridad social que deberían asegurar como mínimo que, durante el
ciclo de vida, todas las personas necesitadas tengan acceso a una atención de
salud esencial y a una seguridad básica del ingreso que aseguren conjuntamente
un acceso efectivo a los bienes y servicios definidos como necesarios a nivel
nacional.
La COMISIÓN MUNDIAL PARA EL FUTURO DEL TRABAJO
convocada por la OIT, señaló en informe TRABAJAR PARA UN FUTURO MAS PROMETEDOR”
que: “Nuestra subsistencia se basa en el trabajo. Gracias al trabajo podemos
satisfacer nuestras necesidades materiales, evitar la pobreza y construir una
vida digna. Más allá de satisfacer nuestras necesidades materiales, el trabajo
puede contribuir a darnos una sensación de identidad, de pertenencia y de
propósito. También amplía el abanico de opciones que se nos presentan y nos
permite vislumbrar un futuro más optimista. El trabajo también tiene
importancia colectiva al establecer una red de conexiones e interacciones que
forjan la cohesión social. La organización del trabajo y de los mercados
laborales es esencial para determinar el grado de igualdad que alcanzan
nuestras sociedades. Pero el trabajo también puede ser peligroso e insalubre,
impredecible e inestable, y estar mal remunerado. En vez de infundirnos una
mayor confianza en nuestras posibilidades, puede hacernos sentir física y
emocionalmente atrapados. Además, para aquellos que no consiguen un empleo, puede
ser una fuente de exclusión.”
Proponiendo además la mencionada comisión en su
informe, un programa centrado en las personas para el futuro del trabajo que
fortalezca el contrato social, situando a las personas y el trabajo que
realizan en el centro de las políticas económicas y sociales y de la práctica
empresarial, en el que se resalta la GARANTIA LABORAL UNIVERSAL compuesta por un
salario vital adecuado y el reconocimiento de la seguridad social y la salud
como principios y derechos fundamentales de los trabajadores.
El diagnóstico más cercano en nuestro país
sobre la situación del trabajo, lo hizo la Procuraduría General de la Nación,
durante el mandato de ALEJANDRO ORDOÑEZ MALDONADO, mediante el informe TRABAJO
DIGNO Y DECENTE EN COLOMBIA SEGUIMIENTO Y CONTROL PREVENTIVO A LAS POLÍTICA
PÚBLICAS en el cual se plantean las modalidades de contratación que promueven
la flexibilización y la precarización del trabajo en Colombia; mediante una
investigación por la cantidad de quejas que se presentan en el país
relacionadas con el tema laboral, evidenciando que las condiciones laborales
presentan problemas como el nivel de desempleo, la informalidad, la
discriminación, el incumplimiento de la legislación, todos los cuales
contribuyen a que el trabajo se constituye en una situación de frustración
antes que de realización personal, entre otras condiciones que reflejan la poca
capacidad de respuesta del Estado para mejorar la situación del empleo en el
país.
Como podemos observar, la discusión de la
necesidad de una REFORMA LABORAL INTEGRAL y una REFORMA PENSIONAL INTEGRAL; es
algo justo y necesario. Por lo que es indispensable la participación de
empleadores, trabajadores, sindicatos, gremios y organizaciones sociales en la
creación de una política pública que haga lo urgente ( salvaguardar los puestos
de trabajo y los medios de subsistencia (formales e informales) incluyendo
medidas de estímulo fiscal y monetario (destinado a mantener la continuidad de
las empresas que estabilizaron los ingresos de los trabajadores en medio de la
crisis-especialmente las PYMES) sin olvidar lo importante ( Hacer las
necesarias reformas laborales y pensionales).
Sin embargo, el tema de las necesarias reformas
laboral y pensional se ha convertido en una discusión politiquera; cuando es
claro que debemos ponernos serios, toda vez que la protección social desempeña
un papel decisivo en el logro del desarrollo sostenible, la justicia social y
el derecho humano a la seguridad social para todos.
La
cuestión no es simplemente aumentar la edad de pensión; demonizar las
alternativas de flexibilización laboral
alegando que precarizará el
empleo; creer que iniciativas como el contrato de aprendizaje extendido son la
“panacea” que va a garantizar la inserción de toda la juventud al mercado
laboral; o de creer que la solución es
la confiscación del ahorro previsional en fondos privados (Alegando que: “son
un negocio donde los cotizantes que buscan pensión le prestan su plata a los
banqueros y le pagan a los banqueros por ello, a cambio se quedan sin pensión”), pues finalmente: 1)
Los recursos son de los afiliados, finalmente es su cuenta de ahorro
individual, 2) La labor de la AFP es una
labor fiduciaria, precisamente por verse en riesgo la liquidez de la cuenta, 3)
No se pueden ver los ahorros previsionales ajenos como un botín para fines
politiqueros.
Así las cosas, hay mucha tela por cortar; y el
primer paso es despolitizar el debate, precisamente para llegar a las
soluciones para generación de empleo, flexibilización laboral, piso de protección
social y reforma laboral y pensional.
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