Tus profetas vieron para ti vanidad y locura; Y no
descubrieron tu pecado para impedir tu cautiverio, Sino que te predicaron vanas
profecías y extravíos.
LAMENTACIONES 2,14
La minería fue para el gobierno de Santos, lo que para el gobierno de
Uribe fueron los biocombustibles; de
hecho quedo establecida como una de las
locomotoras que garantizarían la prosperidad democrática y el crecimiento
económico, pues en ese momento era que evidente que Colombia era una potencia
minera y que tal coyuntura quería ser aprovechada aún frente al hecho que la
tendencia económica mundial iba encaminada a la “desmaterialización de la
economía”, la enorme divergencia entre la relación costo-beneficio de las
actividades mineras y el hecho que Colombia sigue siendo uno de los países que
cobra menos regalías ; no obstante lo anterior. No se entendió entonces, sobre que bases se
asentó esa prosperidad democrática y ese crecimiento económico, cuando teníamos
que era más que diáfano que institucionalmente no nos encontrábamos preparados
para el llamado “boom” minero, que no solo nuestra economía se podía contagiar
del llamado “estornudo holandés” , sino también nuestra política de la
“corrupción tropical” y al parecer en ese momento no existían los impactos
socio-ambientales y territoriales que hoy son pan de cada día por los proyectos
mineros en Colombia, fue así como nuestra
humilde opinión, abstrayendo al conflicto armado, había
muchos aspectos a mejorar si se quería poner la casa en orden para
recibir al “boom” minero y hablar de una verdadera “locomotora
minera”
Sobre esa base, el anterior gobierno, creó las
flamantes ANM Y ANH, enarboló un PLAN NACIONAL
DE DESARROLLO MINERO CON HORIZONTE A
2025 y se dio luz verde a la extracción gasífera de esquisto o
fractura hidráulica ( Fracking) con el
fin de elevar las reservas de gas natural con la Ley 1530 de 2012, y en la recordada
ronda ( en la que se adjudicaron contratos de exploración y perforación sobre
la “bobadita” de 60.660 KM2 de nuestro
territorio nacional para explorar 389 pozos petroleros en 98 bloques, de los
cuales 14 fueron ofrecidos para hacer
fracking); y se reglamentó el fracking (Decreto 3004 del 26 de diciembre de
2013 y la Resolución 90341 del 27 de marzo de 2014), para ese entonces, un
celebre Ministro de Minas y Energías Caribe resaltaba que: “Este ha sido el
resultado de un trabajo coordinado entre las distintas instancias del Gobierno
Nacional donde se partió de la base del conocimiento más avanzado para lograr
un reglamento técnico que incentive a la industria, exija los mayores
estándares de calidad, estimule las buenas prácticas y proteja el medio ambiente”.
La reglamentación del anterior gobierno estuvo
vigente hasta el 8 de noviembre de 2018, fecha en la cual el Honorable Consejo
de Estado dispuso la suspensión provisional del Decreto 3004 de 2013 y de la
Resolución 90341 de 2014 del Ministerio de Minas y Energía, atendiendo al
principio de precaución; y recientes informes
de la Contraloría General de la Nación señalaron que en el año 2014, se
adjudicaron bloques sin tener un marco regulatorio claro. Así que contrarió a
lo señalado por los que hoy se rasgan las vestidura, el fracking nunca entró
por la puerta de atrás.
El pato de la adecuada reglamentación, le
correspondió al actual gobierno, quien de forma coherente convocó un grupo de 13 especialistas que en
su momento le recomendaron al Gobierno Nacional iniciar con la implementación
de esta técnica, pero bajo ciertas condiciones sociales, ambientales y fiscales;
y de ahí nació el Decreto 328 de 2020, que establece el reglamento y lineamientos
para adelantar Proyectos Piloto de Investigación Integral sobre Yacimientos No
Convencionales de hidrocarburos con la utilización de la técnica de
Fracturamiento Hidráulico Multietapa con Perforación Horizontal; realizado con
base en el informe entregado por la Comisión Interdisciplinaria, que recomendó
iniciar “Proyectos Piloto Investigación Integral como experimentos de
naturaleza científica y técnica sujetos a las más estrictas condiciones y
control y, por tanto, de naturaleza temporal.”, y el auto de 17 de septiembre de 2019 ( Que a pesar de mantener
la medida cautelar de suspensión provisional del Decreto 3004 de 26 de
diciembre de 2013, permite la realización de proyectos piloto integrales de
investigación (PPII), contenidos en el capítulo 14 del Informe sobre efectos
ambientales (bióticos, físicos y sociales) y económicos de la exploración de
hidrocarburos en áreas de posibles despliegues de técnicas de fracturamiento
hidráulico de roca generadora mediante perforación horizontal).
Hoy se
elevan las voces de NO AL FRACKING Y SI AL AGUA; por muchos que guardaron
silencio cuando se habló de LOCOMOTORA MINERA; hoy que enfrentamos vacas flacas,
se acusa a este gobierno de irresponsable y querer meter el fracking por la
puerta de atrás; hoy se olvidan que en medio de la borrachera de perspectivas de paz, se generaron expectativas
legítimas para muchas empresas del sector minero-energético (Que por posar de buenistas pretenden ahora
desconocer), hoy se pretende apelar a la conciencia social, perdiendo de vista que al
igual que hay tratados para la protección ambiental también hay tratados
internacionales que obligan a crear la confianza mutua entre empresas y
sociedades para hacer minería; hoy se celebra para dar el alpiste mediático, el haber descontextualizado un artículo del proyecto de ley del Nuevo Sistema General de Regalías
Hoy no se ganó nada como muchos pretenden ver; hoy
debe empezar un debate serio y libre de discursos baratos, cuando para remate existen
riesgos al control territorial por nuevas obligaciones internacionales ( Como
el dichoso Acuerdo de Escazu).
DIOS NOS ILUMINE
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