Corría el día 1
de Agosto del año 2018, cuando el entonces Presidente de Colombia JUAN MANUEL SANTOS CALDERÓN, señalaba
jubilosamente que los PROGRAMAS DE
DESARROLLO CON ENFOQUE TERRITORIAL –
PDET eran el ejercicio de diálogo social más grande del mundo, afirmando que: “nunca
en Colombia y en pocas partes del mundo se ha hecho un ejercicio de consulta
con las comunidades para que ellas sean las dueñas de sus planes", dicho
anuncio el anuncio fue hecho en el marco de la entrega del Plan de Acción para
la Transformación Regional -PATR- del Sur de Bolívar, donde más de 7 mil
personas planearon el desarrollo a 10 años; el día de hoy los PROGRAMAS DE DESARROLLO CON ENFOQUE TERRITORIAL – PDET son nuevamente
noticias por hechos no tan jubilosos.
El alpiste mediático
de hoy, corre por cuenta de los ignominiosos escándalos, tales como la presunta
cartelización de proyectos financiados con
recursos de regalías; lo cual ha generado una bola de nieve respecto a irregularidades en el manejo de tales
recursos, y poniendo en tela de juicio las actuaciones de funcionarios del DNP y el OCAD PAZ ( cuyas competencias de cara a las inversiones en los municipios PDET, señaladas en el
último inciso del artículo 281 de la Ley 1955 de 2019;habían sido objetos de
modificación por gracia del Decreto 1426
de 2019, específicamente en lo que tiene que ver con la priorización de inversiones y proyectos susceptibles de financiación con cargo a los recursos de
la Asignación para la Paz del Sistema General de Regalías), y por lo
aparentemente especializado del posible tinglado también puede generar posibles
suspicacias hacia los miembros de los Consejos Asesores como representantes del territorio y respaldo del
diálogo político en torno a la construcción de la paz territorial y la
consolidación de los PATR.
El daño que ya
ha sido ocasionado, va mucho más allá del billete embolatado (Que es bastante);
el gran daño ha sido la destrucción de las expectativas para el fortalecimiento y consolidación de una
paz estable y duradera, ha sido la burla
a los procesos de diálogo social y concertación como herramientas para el desarrollo y crecimiento social y
económico de territorios jodidos por la violencia, y evidentemente, ha sido el
que en medio del supuesto júbilo por las iniciativas de “reconciliación
política” sea nuevamente tema de discusión
la corrupción que se desprende de la adjudicación y ejecución de este
tipo de proyectos financiados por el SGR, y
ha sido la pérdida de la confianza en nuestros organismos de control,
nuestra legislación y tantas herramientas para que supuestamente
estas cosas no pasen – MECI, MIPG, SISPRO, etc- pues aparentemente las alertas
fueron encendidas demasiado tarde.
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