martes, 16 de marzo de 2021

Valemos...

Los compromisos internacionales suscritos por Colombia y recordados cada tanto (En medio de la emergencia que vivimos) por  la OPS y la OMS (Y los cuales hacen parte de nuestro bloque de constitucionalidad); señalan que la inmunización es un componente esencial del derecho a la salud además de una responsabilidad de individuos, comunidades y gobierno. Lo anterior en buen romance indica, que la garantía del Plan Nacional de Vacunación COVID-19 tiene como punto de partida el sistema que organice el Estado para responder a la demanda de servicios de la comunidad; por lo que en las actuales circustancias y condiciones, la vacunación es un derecho fundamental.

A su vez, el Ministerio de Salud mediante concepto 20194200983352, en el cual respondió una consulta de un ciudadano sobre la posibilidad de grabar la cita médica general o especializada; señalando en el mismo que, no ha sido regulado específicamente el tema de grabaciones que puedan hacer los usuarios a los médicos en consulta general o especializada; recordando  conforme a la Sentencia T-233 de 2007:" Las grabaciones de imagen o de voz realizadas en ámbitos privados de la persona, con destinos a ser publicadas o sin ese propósito, constituyen violación del derecho a la intimidad personal, si las mismas no han sido autorizadas directamente por el titular del derecho y, además, en caso extremo, si no han sido autorizadas expresa y previamente por autoridad judicial competente. El resultado de la recolección de la imagen o la voz sin la debida autorización del titular implica, sin más, el quebrantamiento de su órbita de privacidad y, por tanto,la vulneración del derecho a la intimidad del sujeto"

Todo lo anterior para ambientar el tema del día; la prohibición de grabar la vacunación COVID-19, luego de los escándalos por supuestos "errores".


Sea lo primero decir, que la sola discusión es inverosímil,en cualquier  país con un gobierno que se precie de cumplir con sus obligaciones y los compromisos de inmunización; sin embargo, nosotros no somos ese país, somos   el país del Sagrado  Corazón de Jesús y de "Marica el último", dónde la sola prohibición de grabar la  vacunación  no solo causa desconfianza, sino que se convierte para muchos en un serio indicio de  torcido.

La generada colisión de derechos fundamentales, que afecta ostensiblemente la ya minada confianza en nuestro Sistema General de Seguridad Social en Salud; obliga al Ministerio de Salud a crear protocolos de comunicación eficientes, para evitar que la negativa a grabar los procedimientos de vacunación aumenten la desconfianza en la vacuna y en nuestro Sistema de Salud.

Lo anterior, para garantizar la transparencia  en el procedimiento que evité que los "errores" ,sean usados por unos y otros para sabotear el Plan Nacional de Vacunación; y finalmente  podamos cumplir con los compromisos de inmunización.

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