“Los subsidios a los combustibles fósiles deben
desaparecer y el carbono debe tener un precio para lograr un cambio impulsado
por el mercado hacia una economía descarbonizada. Aquellos que contaminan deben
pagar por su contaminación, la cual es perjudicial para las comunidades, los
empleados y los consumidores” ( ONU-Seis acciones climáticas para reconstruir
las economías tras la pandemia)
La hipocresía política se define como “la
discrepancia entre las palabras y las acciones de un político; esto es, cuando
un político dice una cosa pero hace otra distinta. En el caso colombiano,
parece que los vemos todos los días con nuestro gobierno, pero el último
ejemplo se da al hablar de “tarifa diferencial de gasolina para taxistas),
luego del gran discurso de “descarbonización”
El argumento de defensa del gobierno,
probablemente será que el Plan Nacional de Desarrollo que le fue aprobado,
autoriza “determinar los mecanismos diferenciales
de estabilización de los componentes de la estructura de los precios de referencia
de venta al público de los combustibles regulados y su focalización, así como
los subsidios a los mismos, que se harán a través del Fondo de Estabilización
de Precios de los Combustibles -FEPC-, teniendo en cuenta los principios de
eficiencia y progresividad”
No obstante lo anterior, el primer escollo para
materializar la deseada “tarifa diferencial de gasolina”, es el mismo discurso
calentológico del propio presidente; en efecto, las mismas tesis que sostienen
el llamado “PLAN MARSHALL” ambiental que propone para enfrentar la crisis climática,
enseñan que los subsidios a los combustibles fósiles están retrasando una
transición energética (Erickson, P, van Asselt, H., Koplow, D., Lazarus, M.,
Newell, P., Oreskes, N. and Supran, G. (2020). Why fossil fuel producer
subsidies matter. Nature. online 5 February 2020).
Eso sin contar lo incoherente y
contraproducente de defender un aumento sostenido del precio de la gasolina,
alegando la necesidad de asumir un déficit del Fondo de Estabilización de
Precios de los Combustibles (Fepc) y la inocuidad de tal medida a la competitividad
al aparato productivo nacional; para ahora hablar de la necesidad de tarifas
diferenciales para contrarrestar el aumento de bienes y servicios por efecto
mismo del aumento (De hecho ya hay un proyecto de decreto para implementará
precios diferenciales del combustible para la prestación del servicio público
de energía eléctrica de las ZNI), y guardar silencio sobre cómo se va a cubrir el
impacto del tarifa diferencial.
Y por último, pero no por ello menos importante,
nuestra historia nos enseña, que los precios diferenciales incentivan la reventa
y el contrabando; lo cual impide mucho más, el avance en la deseada “transición
energética justa”
En conclusión, es doblemente irresponsable, el
plantear desde la reforma tributaria que el país no puede sacrificar recursos
por subsidiar la gasolina”; para ahora por simple cálculo político y necesidad
de evitar protestas y paros de cara a las elecciones regionales, hablar de una tarifa diferencial de gasolina
para taxistas.
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