El Subsistema de Salud de los docentes, corresponde a un Régimen Excepcional de Salud denominado Sistema de
Salud del Magisterio
El artículo 279 de la Ley 100 de 1993 y la Ley
647 de 2001, disponen que el Sistema General de Seguridad Social en Salud
contenido en dichas normas, no se aplica entre otros a los miembros de las
Fuerzas Militares y de la Policía Nacional, a los afiliados al Fondo de Prestaciones
Sociales del Magisterio, ni al personal regido por el Decreto Ley 1214 de 1990,
con excepción de aquel que se vincule a partir de la vigencia de la Ley 100 de
1993, ni a los miembros no remunerados de las corporaciones públicas, ni a los
servidores públicos o pensionados de Ecopetrol, ni a los afiliados al sistema
de salud adoptado por las universidades.
La Ley
91 DE 1989, rige este Régimen Excepcional y señala en el numeral 2 de su
artículo 5 que el Fondo Nacional de
Prestaciones Sociales del Magisterio,
tiene entre sus objetivos: “2. Garantizar la prestación de los servicios
médico asistenciales, que contratará con entidades de acuerdo con instrucciones
que imparta el Consejo Directivo del Fondo”
En teoría, el plan de beneficios de los
docentes es superior al de otros sistemas de salud existentes en el país; en el
papel, su cobertura es mayor en medicamentos e insumos, abordaje integral de
patologías, no hay exigencia de períodos mínimos de cotización y preexistencias,
el docente tiene la oportunidad de elegir libremente la entidad contratista, y
además no exige copagos o cuotas adicionales
Lo que en buen romance indica, que se supone
los miembros del Magisterio tienen a su disposición un subsistema de salud que
debe garantizar los elementos esenciales del derecho fundamental de la salud a
saber: la disponibilidad, la aceptabilidad, la accesibilidad y la calidad e
idoneidad profesional; no obstante lo anterior, tenemos que en la práctica, las
fallas en la intermediación, han
desencadenado en una crisis en el sistema de salud de los docentes peor al
endilgado a las EPS.
Ya que el Ministerio de Salud y la
Superintendencia de Salud se encuentran tan preocupados por la
"ineficiencia" de la EPS como administradoras de los recursos del sistema de salud; sería
bueno que también demostraran la misma preocupación por el Subsistema de Salud
del Magisterio ( Que en comparación con las EPS, verdaderamente si anda manga
por hombro), donde no han sido escuchadas las crecientes quejas de los docentes,
tanto activos como retirados, por la deficiencia en la prestación de los
servicios de salud ( Especialmente los servicios de salud mental), como citas
médicas, etc.
No es nada sano que se tome como caballo de
batalla a las EPS, pretendiendo provocar una crisis con su desfinanciamiento;
mientras se deja inermes a los usuarios del subsistema de salud público de
nuestro Magisterio... Aquellos que defienden tanto acabar con las EPS, deberían
verse en el espejo de la realidad del Subsistema de Salud del Magisterio.
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